Faringitis: Uno de los diagnósticos más comunes durante estos meses. Es la inflamación de la faringe o garganta y se caracteriza por el enrojecimiento de la zona, lo que provoca un dolor agudo y molestias al tragar.
Bronquitis: La inflamación de los bronquios es otra de las enfermedades que con frecuencia escuchamos en el invierno. El paciente con esta afección presenta tos seca incesante, dolor de pecho y, en ocasiones, dificultad para respirar.
Neumonía: Comienza tras un proceso gripal o viral. Puede llegar a ser una enfermedad muy grave, incluso provocar la muerte. Para algunas de las bacterias que provocan esta enfermedad existen vacunas, las que son suministradas en los primeros meses de vida.
No obstante, también hay enfermedades respiratorias crónicas como:
- Asma.
- Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
- Fibrosis pulmonar.
- Cáncer de pulmón.
Influenza: Esta enfermedad respiratoria es provocada por el virus de la influenza; sus síntomas se parecen a los del resfrío común, pero se presentan con mayor intensidad y gravedad. Por ejemplo, provoca fiebre alta que aparece de manera súbita, acompañada de cansancio, debilidad y congestión.