Hay ciertos hábitos fáciles de poner en práctica que pueden contribuir al cuidado de la piel.
- Usar protector solar todos los días; re-aplicarlo cada dos horas.
- Beber abundante agua.
- Evitar situaciones de estrés.
- Evitar el consumo excesivo de alimentos picantes o grasosos.
- Usar jabones suaves.
- Evitar las duchas extremadamente calientes.
- Usar ropa de algodón preferentemente.
- Visitar al dermatólogo cada dos años para un completo chequeo o frente a cualquier síntoma de sospecha.